Con la llegada del nuevo año son muchos los que se marcan objetivos y buenos propósitos que buscan cumplir, aunque a veces no resulta muy fácil.
Así, es importante marcarse claramente los cambios y mejoras que se quieren llevar a cabo, escogiendo unas metas que sean alcanzables y que sean importantes para sentirse realizado cuando se cumplan.
De esta forma, con un sistema organizado de propósitos, es decir, con un programa de objetivos segmentado por meses, es más posible lograr las metas marcadas, sobre todo, a través de pequeñas acciones diarias que nos han de permitir ir mejorando poco a poco.
Además, si hablamos con otros sobre las metas propuestas se puede conseguir el apoyo de aquellos que nos rodean y lograr los objetivos en momentos difícil o complicados que se presentan a lo largo del año.
En este sentido, buscar el respaldo de nuestro grupo de apoyo durante las épocas de debilidad en las que se necesita estímulo para seguir adelante es fundamental, consejos, ideas y comentarios positivos de otras personas pueden ayudar a continuar.
Plan de cambio
Nuestro plan de cambio debe empezar inmediatamente, no valen excusas ni dejarlo para mañana, cuanto antes se empiece antes se puede llegar a la meta y progresar en nuestro camino.
Asimismo, es clave enfocarse en el proceso en vez de en el final de la meta, dar pasos constantes y ser feliz con el progreso e ir tachando los objetivos que hemos ido marcando en el calendario.
Por otra parte, es bueno recompensarse a sí mismo y pensar en los logros que se van alcanzando, aunque por momentos puede resultar difícil mantener la motivación y la dedicación al hacer un cambio de vida cuando no se ven resultados inmediatos tras los esfuerzos realizados.
En cada periodo de desánimo, es crucial persistir y ser constante porque alcanzar la meta traerá su recompensa en el largo plazo, enfrentándose a los temores que producen habitualmente los cambios. Temer al cambio suele impedir lograr una meta, para evitar que esto te suceda hay que darse cuenta de que las excusas son una manera de disfrazar el temor al cambio.
En este sentido, hay que dejar de culpar a otras personas o a las circunstancias por no lograr las metas. Si se acepta la responsabilidad de lograr objetivos, estos factores externos no pueden quitar el poder de hacer lo que has dicho que harás.