¿Alguna vez te has preguntado si eres supersticioso? Seguramente, si tu vida está llena de rituales, métodos y manías para hacer según qué cosas, no sólo te lo has preguntado, si no que sabes positivamente que eres un supersticioso empedernido. En cambio, si tienes pequeñas costumbres o manías que tú consideras “normales”, pero no así la gente que te rodea, tal vez se deba a que en realidad sí que eres un poco supersticioso.
En primer lugar, definamos qué entiende la Real Academia de la Lengua por ser “supersticioso”. Una persona supersticiosa, es aquella que tiene supersticiones (no dice si muchas o pocas). ¿Y qué son las supersticiones? De nuevo según la RAE, en su primera acepción, son “creencias extrañas a la fe religiosa y contrarias a la razón”. También habla de “fe desmedida o valoración excesiva respecto de algo”. Es decir, una persona supersticiosa sería aquella que piensa que ciertas acciones o rituales, influyen de manera trascendental en su vida.
Supersticiones más comunes
Para saber si eres realmente supersticioso, te proponemos una sencilla práctica. Revisa las supersticiones que mencionamos a continuación y si te sientes identificado con la mayoría de ellas, ¡bingo!, eres supersticioso.
- Esquivas las escaleras con tal de no pasar por debajo de ellas.
- Te lamentas profundamente si te cruzas con un gato negro.
- No abres el paraguas dentro de casa.
- Nunca dejas tu bolso en el suelo.
- Si encuentras un trébol de cuatro hojas, lo guardas como oro en paño.
- En los momentos importantes de tu vida, como un examen o una entrevista de trabajo, siempre te acompaña tu amuleto.
- Si se rompe un espejo en tu presencia, tiemblas de pensar en los 7 años de infortunio que te esperan.
- Te rocías con sal si se derrama un poco en la mesa.
- El martes y 13 te pides el día libre en el trabajo.
- Cuando compras lotería siempre juegas con tus terminaciones favoritas.
Superstición y ansiedad
Una vez revisados todos estos puntos, llega el momento de hacer otra valoración: saber si el hecho de no tener bajo control tus supersticiones te produce ansiedad.
Por ejemplo, cando se te olvida tu amuleto, ¿te sientes inseguro?
Cuando no hay un camino alternativo y te toca pasar por debajo de la escala, ¿te recorre un escalofrío pensando en qué terribles consecuencias te acarreará ese hecho?
Si tus hijos abren el paraguas dentro de casa ¿les castigas sin ver dibujos hasta la mayoría de edad?
Dicho de otra manera, ¿son las supersticiones la tapadera perfecta para ocultar tus inseguridades? Esa es la pregunta que todo supersticioso debería hacerse.
Todos en la vida debemos enfrentarnos a momentos buenos y otros no tan buenos, pero culpar a un espejo roto o a un gato negro de todos nuestros males, no es más que una forma de huir de la realidad. La realidad es que debemos disfrutar de los buenos momentos y ser fuertes cuando tengamos que enfrentarnos a las adversidades de la vida.
Si llevar a cabo pequeños rituales te da “buen rollo” y te carga de positividad, sigue poniéndolos en práctica, pero si por el contrario, te producen ansiedad, es el momento de creer más en ti mismo y menos en que la suerte depende de que un gato (sea blanco o negro), se cruce en tu camino.