Una de las supersticiones más extendidas, aunque poca gente hable de ello de manera abierta, es la creencia en los gafes, es decir, en aquellos individuos que supuestamente atraen todo tipo de desgracias sobre las personas que les rodean sin que ellos sufran, por lo general, el menor daño. El miedo al gafe suele abundar en los medios artísticos, en el teatro, el cine, en las actividades en las que uno arriesga mucho en un breve instante, como en el mundo taurino o el deportivo.
Además, la naturaleza humana lleva a muchas personas a relacionar la buena o mala suerte con la presencia de determinados objetos o la conjunción de algunas circunstancias concretas. Estas supersticiones, aunque carecen de base científica, están muy arraigadas en gran parte de la sociedad, que llega incluso a acusar de gafes a personas que han tenido la desgracia de presenciar más de un desastre a su alrededor.
En este sentido, durante la historia de la humanidad, ya sea reciente o muchos años atrás, ha habido verdaderos protagonistas de la mala suerte:
1.-Jason y Jenny Cairns-Lawrence: Esta pareja tiene el dudoso récord de haber estado presentes en tres de los atentados terroristas más sangrientos de los últimos años. El matrimonio estaba de vacaciones en Nueva York el 11 de septiembre de 2001 durante el ataque al ataque a las Torres Gemelas; el 7 de julio de 2005, día de los atentados al metro de Londres en los que murieron 56 personas, y, finalmente, en Bombay, durante los ataques terroristas de Noviembre de 2008.
2.-Violet Jessop: Esta azafata de la naviera White Star, trabajaba en el buque Olimpic, cuando el buque sufrió un importante percance, tras colisionar con un buque de guerra inglés, el 20 de septiembre de 1911. Menos de siete meses después, formaba parte de la tripulación del Titanic, en su trágico viaje inaugural. En 1915 fue llamada a trabajar como enfermera en el Britanic, embarcación de la White Star Line reconvertida en buque hospital tras el estallido de la Primera Guerra Mundial. El 21 de noviembre de 1916 el buque colisionó con una mina en el mar Egeo.
3.-Robert Todd Lincoln: El hijo primogénito de Abraham Lincoln estaba junto a su padre en el momento de su asesinato. Años más tarde, el 2 de julio de 1881, acudió a una invitación del presidente James A. Garfield, para cuyo gobierno trabajaba. En presencia de Lincoln, Garfield fue asesinado a tiros mientras subía a un tren. Dos décadas después, otro presidente, William McKinley, lo invitó a una exposición en Buffalo, en el transcurso de ese acto, el mandatario fue tiroteado.
4.-Tsutomu Yamaguchi: Este japonés posee el triste honor de ser el único superviviente de las dos bombas atómicas reconocido oficialmente por el gobierno nipón. Nacido en 1916, Yamaguchi estaba en un viaje de negocios en Hiroshima el 6 de agosto de 1945, donde presenció la explosión de la primera bomba atómica, a tres kilómetros de distancia. Con quemaduras en todo el cuerpo volvió a su Nagasaki natal, donde unos días después revivió de nuevo la experiencia de una detonación nuclear.
5.-Ann Hodges: El 30 de noviembre de 1954, un meteorito cayó sobre la localidad de Sylacauga, desintegrándose en varios fragmentos. Uno de esos trozos impactó sobre el tejado de Ann Hodges, atravesó el techo y la golpeó en la cadera. Es el único caso documentado en el que un meteorito ha golpeado a una persona y ha vivido para contarlo.