Que la lotería es un juego de azar lo sabemos todos. Pero, claro, hay números que tocan y otros no. Así que, si queremos contar con la bendición de la diosa Fortuna, tampoco está de más poner un poco de nuestra parte y optar por cifras con probada fiabilidad a la hora de traernos suerte. Y aquí sí que no hay normas escritas: unos aplican un enfoque científico, otros se dejan guiar por su intuición y la mayoría recurrimos a nuestras fechas amuleto, aquellas que por el simple hecho de tener un vínculo sentimental que las unen a nosotros, pensamos que ya son portadoras de la buena suerte: edades, fechas de los cumpleaños de nuestros hijos, nuestro aniversario de boda, la puerta de nuestra casa… Otros, en cambio, dejan que un ordenador decida por ellos eligiendo una combinación totalmente aleatoria. Mientras funcione, qué más da.
El saber no ocupa lugar
Empecemos por el primer sistema, el matemático. Revisando cada sorteo anterior, podemos establecer con qué frecuencia han aparecido ciertos números (combinaciones, terminaciones, etc). En realidad, nunca se sabe si es mejor apostar por los que ganan más a menudo, o al contrario, por los que apenas han salido hasta ahora. Quizás sea bueno esperar y confiar en que nadie más los haya elegido por improbables. Si eso ocurre, nuestro boleto será el único afortunado acertante de un sustancioso bote o del Gordo de Navidad. Para los interesados, la página web de Loterías y Apuestas del Estado ofrece datos estadísticos del sorteo de la Primitiva, la Bonoloto, la Lotería Nacional y Euromillones, entre otros juegos.
Mi día de la suerte
Otra forma de elegir los números ganadores es confiar en aquellos que tienen un significado especial para nosotros, ya sean fechas relacionadas con eventos importantes en nuestra vida –el día que nos casamos, el nacimiento de nuestros hijos, la dirección actual o la de cuando éramos niños, etc-, o bien porque nos han traído suerte en ocasiones anteriores, como por ejemplo que ciertas buenas noticias siempre lleguen en un mes concreto del año.
El número afortunado puede coincidir también con el de muchas otras personas. El 7, por ejemplo, es considerado el número de la suerte desde la Antigüedad en todo Occidente; y el 11 está asociado con la prosperidad y el dinero. Eso sí, en caso de ganar la lotería con una combinación que incluya estas cifras, seguramente tendremos que compartir el premio con un gran número de acertantes.
El destino está escrito
También se pueden elegir los números de forma aleatoria. ¿Y por qué no, si el número afortunado en el sorteo también se va a elegir de la misma manera? Dejémoslo, pues, en manos de la Fortuna. Podemos pedir a las personas que tenemos alrededor que nos digan el primer número que les venga a la cabeza, o bien elegirlo nosotros mismos, o si no, confiar en un generador automático de tantos que se encuentran en Internet o simplemente pedir una selección aleatoria a la hora de comprar nuestro billete. Sobre todo si vamos a jugar con varios boletos a la vez, tal vez esta sea la mejor manera de no volvernos locos con las combinaciones.