Un repaso por pueblos con suerte no puede obviar ciertos lugares, donde la fortuna o la casualidad se han detenido y ha transformado sus destinos. Esos toques de suerte, los ha hecho visibles ante el resto del mundo, por algo que va más allá de su relevancia histórica o sus monumentos artísticos.
En nuestra investigación sobre “pueblos afortunados” hemos seleccionado tres lugares donde han ocurrido hechos, que han cambiado la suerte de sus habitantes para siempre.
Altamira, icono del origen del hombre
La historia de las cuevas de Altamira, se remonta a hace 15.000 años, pero no fue hasta el año 1868 cuando fueron descubiertas por Modesto Cubillas. Este asturiano, ubicado en Cantabria, descubrió la cueva de forma casual, cuando su perro se adentró en ella mientras iban de caza. Modesto trabajaba en la finca del científico Marcelino Sanz de Sautuola, estudioso de la Prehistoria, a quien le dijo que había descubierto una cueva “que le podría interesar”. Cuando Sautuola visitó la cueva con su hija, la pequeña, de 8 años, dijo “¡Mira, papá!¡Bueyes pintados!”.
Costó mucho que la comunidad científica reconociera el origen paleolítico de las pinturas y grabados, pero cuando eso ocurrió, las cuevas pasaron a ostentar el título de la «Capilla Sixtina» del arte rupestre.
Manises, el pueblo más afortunado de España
Que toque el Gordo de Navidad es una posibilidad con la que todos hemos fantaseado alguna vez en la vida, sin embargo, la realidad es que tenemos muy pocas probabilidades de que eso ocurra. Si hablamos de pueblos o localidades pequeñas, en la mayoría de ellas el Gordo no ha tocado nunca, por eso, la historia de Manises es insólita. Hasta en 4 ocasiones el Gordo ha aterrizado en esta localidad, cuna de la artesanía cerámica valenciana.
A los maniseros les ha tocado 5 veces el Gordo, pero además, en Manises ha tocado un segundo premio íntegro, terceros, cuartos y quintos premios. Una lluvia de millones que hace que en Manises todos conozcan a algún ganador de la lotería: un vecino, un familiar o un conocido.
Llama la atención que menos los Gordos del año 1971 y 1986, el resto de premios se han concentrado en los últimos 12 años y en una única administración de Lotería: Lotería Manises. Desde que en 2009 la suerte llamó a la puerta de la administración nº3 de Manises, y allí se ha quedado:
- Año 2009: Quinto Premio.
- Año 2010: Quinto Premio.
- Año 2011: Segundo premio y dos quintos premios.
- Año 2012: Primer Premio (Gordo Navidad).
- Año 2013: Primer Premio, un cuarto y un quinto premio. (Gordo Navidad)
- Año 2014: Quinto Premio
- Año 2015: Cuarto Premio
- Año 2016: Quinto Premio
- Año 2017: Quintos Premios (4)
- Año 2018: Primer Premio, Tercer Premio y Quinto Premio (Gordo Navidad)
- Año 2019: Tercer Premio, Quintos premios (2)
- Año 2020: Segundo Premio, Cuartos Premios (2), Quintos Premios (2).
Con semejante historial a sus espaldas, Manises bien merece ser conocido como el pueblo con más suerte de España.
Borja, el pueblo al que también le tocó la lotería
En 2012, además de tocar el Gordo en Manises, hubo otro pueblo al que también le tocó la lotería, aunque por motivos muy diferentes al Sorteo de Navidad. Borja, una pequeña localidad zaragozana, se convirtió en portada de medio mundo gracias a una de sus vecinas, Cecilia Giménez, y su particular restauración del “Eccehomo” de la Iglesia de la Misericordia.
La octogenaria, aficionada a la pintura, se prestó a restaurar el fresco sin mucho acierto. Cientos de medios de comunicación de todo el mundo se acercaron hasta Borja para conocer la obra que copó portadas internacionales y se hizo viral en todas las redes sociales.
En aquel momento, a Cecilia y a todo el pueblo de Borja les tocó el Gordo. Miles de personas se acercan cada año hasta el pueblo para fotografiarse al lado del “Eccehomo”, se han rodado un documental y una película, se ha escrito un cuento narrando la curiosa historia y se han fabricado multitud de productos promocionales como tazas o chapas. Con todo, los beneficios obtenidos por los derechos de imagen superan los 45.000 euros y la venta de entradas ya ha dejado en las arcas municipales más de 160.000 euros.