Uno de los sonidos más tradicionales de la Navidad es el canto de los Niños de San Ildefonso cuando prestan sus voces para cantar los números de la Lotería Nacional cada 22 de diciembre. Esta tradición, que se remonta al siglo XVIII, comenzó el 9 de marzo de 1771, momento desde el cual se selecciona a los niños con buen timbre de voz y cuya pronunciación sea clara para que canten los números del sorteo. Son requisitos indispensables para poder llevar a cabo esta centenaria labor, en la cual también son los encargados de extraer las bolas premiadas.
Año tras año, los niños de San Ildefonso reparten la suerte del boleto premiado y hacen que la ilusión se instale durante unas horas en todos los hogares, hasta el momento en que salga el número afortunado con el premio del Gordo.
Ser huérfano para poder cantar
Además del timbre de voz característico y la perfecta dicción, durante muchos años, los niños encargados de cantar en el Sorteo de Navidad, eran seleccionados entre los huérfanos del Colegio de San Ildefonso. Sin embargo, desde el año 1999, ha dejado de ser así, y de esta forma, cualquier alumno que destaque por las características anteriormente nombradas, puede ser elegido para repartir fortuna entre los poseedores del décimo agraciado tanto con el Gordo como con sus terminaciones o la pedrea.
A los niños seleccionados, se les ejercita para que lean rápida y fácilmente los números y se les adiestra en el manejo de las bolas de los sorteos mediante ensayos continuos con material que la Lotería Nacional tiene a disposición del colegio.
Historia del Colegio de San Ildefonso
Este colegio, cuyo origen data de 1543, es la institución más antigua dedicada a la infancia en Madrid, aunque sus primeras ordenanzas no se recogen hasta el año 1600, momento en el que fueron redactadas por el escribano Francisco de Monzón.
El Colegio de San Ildefonso es conocido por su intensa actividad escolar, tanto interna como externa. Como ya hemos mencionado, cabe destacar la labor que realiza a la hora con los niños huérfanos de la Comunidad de Madrid. De esta forma, gestiona su acogida, educación y colocación con una gran efectividad. También es un centro de gran actividad exterior, ya que al margen de la conocida lotería Nacional, organiza gran número de liturgias y fiestas públicas
Los niños de San Ildefonso en el cine y la televisión
Si cada 22 de diciembre, el soniquete de sus voces nos acompañan en el trabajo, en las cafeterías, en los centros comerciales y hasta en el taller, también estamos acostumbrados a que a lo largo de los años sus voces se hayan usado para ambientar escenas en el cine o la televisión, tanto en producciones relacionadas con la Navidad como si no.
Recientemente una serie ha usado a los niños de San Ildefonso como personajes. Se trata de El Ministerio del Tiempo, la cual le supo hacer un guiño a la institución en uno de sus capítulos más emblemáticos, cuando se desveló el origen de su director como uno de los alumnos del Colegio de San Ildefonso.
También el actor Javier Pereira, ganador del Goya al mejor actor revelación en 2014, formó parte de los niños de San Ildefonso que cantaron el gordo en la Lotería de Navidad de 1993 y 1994.
Anécdotas de los Niños de San Ildefonso
Son innumerables las anécdotas que se pueden contar sobre el sorteo y los niños de San Ildefonso. Cada año, somos testigos de algún niño que se engancha con un número, alguna bola rebelde o incluso algún error en la lectura del premio. Eso fue lo que ocurrió en 1987, cuando el número premiado con el Gordo, el 20064 fue cantado como una pedrea.
Otra anécdota bien curiosa fue la que ocurrió en 2006, cuando una bola se escapó de las manos a una de las niñas de San Ildefonso. La bola fue a parar, ni más ni menos, que a una maceta con una flor de Pascua. Lo más curioso no fue eso, sino lo que dijo la abochornada pequeña : “Joder, se me ha caído la bola en la planta. ¿Dónde está? Qué vergüenza… no la encuentro”. Afortunadamente la encontró, y esa escena ha pasado a formar parte de una de las más divertidas del Sorteo.
En cualquier caso, todos los españoles hemos cogido cariño a estos niños que cada 22 de diciembre nos traen la ilusión de convertirnos en ganadores de la Lotería de Navidad.